Clementine

Es tan agradable ver tu cara de nuevo…

Así, si de pronto te chocaras con otra puerta y no sintieras dolor, podrías verificar el profundo sueño en el que te encuentras atrapado. Ahora coges y echas a correr cuesta abajo sintiendo el aire caliente en tu cara, sintiendo como se presionan tus gemelos al palpar el suelo, sintiendo que alguien te persigue y giras la cabeza por si tienes que cubrirte las espaldas…sintiendo la necesidad de frenar cuando llegas al final, pero no quieres considerarte un cobarde, y decides recorrer tu vida de la misma manera que decidiste descender aquella avenida esperando encontrarla a ella; corriendo. Estás cansado, tu cuerpo duele, y parecen quedarte pocos alientos para seguir continuando de ese modo.

Es entonces cuando te percatas de que ningún rostro te mostrará la verdad, ningún otro rostro te ayudará a encontrarte en tu largo camino, ningún rostro te escuchará cuando tus logros sean maravillas inalcanzables... Tal vez tendrías que haber esperado sentado, porque todo lo que lanzas hacia arriba vuelve a caer…pero si te mueves y escoges otra salida que evite la impaciencia, todo puede perderse en cuestión de segundos…como aquel rostro que subía la avenida despidiéndose de ti, con la sonrisa más dulce que sólo pretendía expresar un “hasta luego”, nunca tendría el valor de llorar un definitivo adiós…Por eso hoy ya no hay nadie en aquel lugar que aguarde ver caer el amor que un día se escogió lanzar a la nada, por si sólo se podía curar, y que de con otras dos personas evitara sufrir más.

Pero nunca me cansaría de decirlo, sería tan agradable de ver tu cara de nuevo Clementine…